Benjamin entra a la estación de tren. Compara la pantalla de los itinerarios con la hora en su reloj, continua caminando, mira a su derecha, y de repente, se detiene. Ha percibido la presencia de alguien conocido. Es Morales, sentado en un banco tomando un café.
Se sienta junto a él. Morales, taciturno, le explica que viene todos los días a la estación con la esperanza de encontrar al asesino de su esposa. Le habla de sus recuerdos, de ese amor arrancado de sus brazos. Su contacto visual es intermitente. Sin embargo, Benjamin puede ver lo que sus ojos gritan. El ruido de los trenes es ensordecedor, pero tampoco necesita de sus oídos para escuchar su mirada. Permanece atento, desconcertado por la intensidad de los sentimientos que emana la presencia de Morales. Siente que vive esa pasión como si fuera suya.
El encuentro lo conmueve y sin dudarlo, se presenta en la oficina de Irene, su jefa, a insistirle que reabra el caso. Al oírlo hablar, Irene se siente identificada con ese amor que él puede describir con profundidad, pero que es incapaz de sacar de adentro él mismo. Se siente irritada sin saber por qué, y se niega a reabrir el caso.
Nelliana:
ResponderEliminarDebo confesar que ví la película hace varios meses ya, y aunque la recuerdo en general, no la tengo fresquita… quizás por eso siento que el último párrafo correspondería a otra escena.
Tu escena me gustó mucho (cosa que es irrelevante en clases, pues mi alias es ‘la regalada’ jeje). Me gustó porque “el hombre de la sierra”, la entendería perfectamente y además transmite espléndidamente el sentir de los personajes: “puede ver lo que sus ojos gritan”, “ese amor arrancado de sus brazos” y “vive esa pasión como si fuera suya”. Son frases bellas y llenas de sentimiento.
Buen tono narrativo, bonitas expresiones. Bien por ti.
ResponderEliminarFlorángel
La escena en la estación de trenes está clara. Además las imágenes son muy bellas, sobre todo la parte de lo que gritan los ojos... Sin embargo, creo que en la escena de la oficina, no es tan claro cómo Irene se disgusta por el amor que Benjamín ve en otros, pero no expresa cuano se refiere a sí mismo. Aunque estoy de acuerdo contigo (y con Irene) en cuanto a esa característica de Benjamín, del relato tal cual lo presentas, no se puede inferir si es que el hombre siente algo, si es que lo ha demostrado o no.
ResponderEliminarDesnudar emocionalmente a Benjamín Expósito: sería un ejercicio interesante, para más adelante. ¡Me anoto para leértelo!
Muy bonita,de acuerdo con "regalín" ;) Pero en esta frase "...tampoco necesita de sus oídos para escuchar su mirada." pienso que entender, captar, o sentir, puede sustituir a escuchar.
ResponderEliminarNelli, me gustó mucho tu escena. Está muy clara, bien narrada y es muy fiel a la escena original. Lo único de lo que no estoy segura es de que se pueda "escuchar la mirada" de alguien. Me recuerda el caso de una escena mía en la que "los ojos se tropezaban", lo cual resultó ser un gran error, según MS
ResponderEliminarYo diría que no necesita de sus oídos para interpretar su mirada
Difiero de la observación de Irene. Es una metáfora, hermosa además, que refleja la emoción que siente el personaje.
ResponderEliminarMe gustó la escena, sentida, bien escrita, precisa.
Florángel
Me gusto la escena, esta clara la acción en la estación de trenes. El lenguaje es preciso, cargado de imagenes. Pienso que la ultima escena esta sobrando, para los efectos del ejercicio. Te felicito, siento en tu escritura mucha evolución.
ResponderEliminarHola, Nelli. Me agradó la escena. Cada vez que escribo siempre pienso en el sentimiento que debo dejar al lector y creo que tú lograste transmitir tristeza, pero una tristeza sutil si se quiere, pues refleja nostalgia por un amor perdido.
ResponderEliminarAhora, concuerdo con los demás cuando dicen que hay dos escenas. La parte en la que el personaje habla con su jefa es claramente otra historia.
Saludos
Greilysu