sábado, 24 de julio de 2010

"El Secreto de sus Ojos" por Carolina Jaimes Branger

El secreto de sus ojos
Carolina Jaimes Branger

- Si le pego cuatro tiros lo que voy a hacerle es un favor.

Estas palabras del viudo de la víctima, expresadas veinticinco años atrás, se agolpaban en la mente de Benjamín, funcionario del juzgado penal, del que ahora se encontraba jubilado.

Mientras se alejaba de la propiedad, Benjamín rumiaba incrédulo la historia de que el viudo hubiera ultimado al asesino de su esposa… La imagen de la joven violada y salvajemente asesinada había sido recurrente todos esos años en el recuerdo de Benjamín.

De pronto, detuvo el carro al costado de la carretera. Comenzaba a caer la tarde. Salvando tres cercas, volvió a entrar, esta vez por la parte trasera, a la finca del viudo de la que había salido minutos antes.

Se acercó a la casa. En la penumbra logró distinguir al viudo entrando en un cuarto trasero con una bandeja donde llevaba un plato con cáscaras de mandarina y un vaso. Sigiloso, Benjamín también entró a la habitación. Se encontró con lo que esperaba ver: el cuarto había sido convertido en cárcel. Y detrás de unas rejas, el asesino, que acababa de recibir la bandeja de manos del viudo, como de costumbre, en acérrimo silencio.

Cuando el asesino vio a Benjamín, dejó caer la bandeja. Se acercó a él:

- Dígale que por lo menos me hable –le pidió.

Benjamín se le quedó mirando fijamente. Luego miró al viudo, quien permaneció en silencio. Lentamente, Benjamín se retiró de la casa, también en silencio.

El secreto de aquellos ojos era ahora un secreto compartido entre dos.

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1 comentario:

  1. Me gusta cómo muestras los cambios de de pensamiento Benjamín: de la duda, a la confirmación de sus sospechas y finalmente a la comprensión de lo que había pasado. Y todo lo logras describiendo las acciones. Hay algunas comas que pondría diferente.

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