martes, 29 de junio de 2010
Los Ángeles y Charlie en escena.
sábado, 26 de junio de 2010
Escena de la Teta Asustada
Unas manos que parecían conocer el trabajo de la tierra se hicieron presentes muy cerca de ella Eran las del jardinero, que en un ritual casi místico cubrió con mucha sutileza la desnudez primaveral de Fausta. Como si se tratase de la flor más delicada del jardín la tomó suavemente por el cuello. Con destreza de artesano retiró parte del cabello del rostro dejando al descubierto unas facciones que parecían pertenecer a la talla de la más hermosa princesa Inca. La fue llevando poco a poco hacia su pecho. Fausta abrió sus ojos y se generó un intercambio de energía casi ancestral. Desde lo mas intimo de su ser salió un murmullo de lamento que después se convirtió en una expresión fuerte de llanto.
Luis Alberto Quintero
jueves, 24 de junio de 2010
Escena de la película el secreto de sus ojos - La escena del crimen
Ya no escucha las palabras de los policías presentes. Recorre el cuarto con la mirada y ve las fotografías de una mujer bella, joven y feliz; en ellas reconoce a la víctima.
Vuelve a mirar el cadáver, al que, en ese momento, una mano enfundada en un frío guante plástico, le cierra los ojos. Ve como cubren el cuerpo con una manta y regresa a la realidad. Ya no intenta dejar la causa, la hace suya.
Irene de Santos
Escena de la película la teta asustada - el pago prometido
Llegó al mercado y aminoró la marcha, pero no disminuyó su determinación. A pesar de que nadie la acompañaba, logró atravesar los estrechos pasadizos flanqueados por mercaderías y miradas curiosas.
Al aproximarse a la habitación de la señora vio la foto de un militar, el mayor de sus temores, que parecía acecharla desde su posición frente a la entrada. Todavía la dueña de la casa y su acompañante dormían y a un lado de la cama había una hilera de hermosas perlas, esparcidas sobre la alfombra.
Reunió todo su valor y se agachó. Fue gateando sigilosamente, tomando con mucha cautela el blanco tesoro, bien ganado. Nadie notó su presencia.
Salió al jardín y avanzó hasta el portón donde, con un gran esfuerzo, logró accionar el mecanismo que lo abría, pero no pudo continuar; se desmayó
Irene de Santos
lunes, 21 de junio de 2010
Fausta, el taladro y el militar (escena de La Teta Asustada)
domingo, 20 de junio de 2010
MILAGRO DEL DOMINGO DE PASCUA
Es la mañana del domingo de Pascua de 2001. Me dirijo con mis cuatro hijos al área de terapia intensiva para pacientes con traumatismos cerebrales del Jackson Memorial Hospital en Miami. La incertidumbre es grande. Han transcurrido nueve interminables días desde el accidente jugando polo en Wellington. Desde el Viernes de Concilio mi esposo ha estado en coma inducido y conectado a un respirador. Los médicos del hospital de Delray no habían sido nada optimistas. Temían que además de la hemorragia superficial en el lóbulo frontal hubiera daño en la base del cerebro con consecuencias irreversibles. En vista de que pasaban los días sin ver mejoría y que el riesgo de complicaciones iba en aumento habíamos logrado trasladarlo a Miami el día antes. Esa mañana, cuando llegamos a terapia intensiva y nos informaron que se encontraba en el área de hospitalización la sensación para nosotros fue más o menos la que deben haber sentido María y María Magdalena cuando llegaron al Santo Sepulcro el Domingo de Pascua. De hecho, el día anterior parecía un crucificado en plena agonía pues lo tenían amarrado y le habían disminuido los sedantes de manera que estuviera en condiciones de respirar por sí mismo cuando lo desconectaran del respirador. Era terrible ver como se estremecía y como le rodaban las gotas de sudor por las sienes. Entrar en la habitación 304 ha sido el momento más emotivo de nuestras vidas. No estábamos muy seguros acerca de lo que íbamos a encontrar pero al menos sabíamos que iba a vivir. Estaba recién bañado y un enfermero lo estaba afeitando. De inmediato nos reconoció y saludo. Todos lloramos de alegría. Hablaba en susurros y como si estuviera borracho pero eso era lo de menos. Supe en ese momento que todos nuestros rezos habían sido escuchados. Empezamos a llamar a toda la familia para darles la buena nueva. Cuando llamamos a mi hermano Fran le dijo: “Hola Mitterrand”. No me quedaron dudas de que iba a recuperarse. Así era como él lo llamaba cuando éramos novios allá por los años 70. La sorpresa mayor fue cuando llamamos a los colombianos que trabajaban en nuestra casa en Caracas, Lelys y Alver. El me anunció que nuestro adorado perro rodesiano, Barkley, acababa de morir misteriosamente. Entre otras cosas había dejado de comer unos días antes y la veterinaria, y de paso amiga de confianza de la familia, sospechando que podía haberse envenenado se lo había llevado a su clínica. Le hicieron cantidad de exámenes pero nunca obtuvieron un diagnostico. El perro se fue consumiendo hasta que murió esa misma mañana. Las palabras de Alver me dejaron helada: “Señora, dele gracias a Dios que el perro se llevo a la muerte que seguramente era para su marido”. Impresionada le conteste: “Alver cómo es posible que usted diga eso!”. El insistió: “Bueno en mi tierra estamos seguros que es así. Como explica usted que un perro sano y joven se enferme junto con su amo y muera justo cuando el se recupera? Por eso es que en mi tierra todos tenemos mascotas, no hay casa donde no la haya, hasta el mas pelao tiene al menos un pajarito!”
jueves, 17 de junio de 2010
Inocente semántica.
El chillido de los frenos fue repentino y muy desagradable. El tren paró. Uno de los chicos más jóvenes corrió a la pequeñísima ventana enclavada en lo alto de la pared lateral.
martes, 15 de junio de 2010
Hasta nunca
lunes, 14 de junio de 2010
La crónica no me sale!!! (para los que no siguen mi blog)
Lecciones de protocolo y etiqueta.
sábado, 5 de junio de 2010
La teta asustada. Escena
miércoles, 2 de junio de 2010
Pagar el Ticket
Cajera: Viste que a la hija de María le pegaron un tiro en la pierna? (pasando los productos por el lector de precios, sin dejar de ver a su interlocutora).
Cajera Senior: Si, eso fue la semana pasada. Fue con una 45. Le dan en otra parte y la matan.
Cajera: ¿Y donde tienen a la niña?
Cajera Senior: La tienen en los Magallanes de Catia esperando cama para operarla.
Cajera: Ay no yo te digo! En una clínica ya la hubieran operado. Y esos médicos que a veces ni saben que tiene la gente y la dejan morir como unos perros.
Cajera Senior: Si vale. Sí a mí una vez me tuvieron que operar dos veces porque los médicos no se dieron cuenta que tenía unos quistes y me tuvieron que volver a abrir.
Cajera: ¡Imagínate tu! (Esta vez sí detiene el proceso de cobranza y se voltea sin levantarse de su silla) Esos médicos son piratas porque pagan el título, los pobres son los que de verdad se queman las pestañas estudiando porque no tienen rial para pagar el ticket. Aquí son médicos de verdad los que no tienen con qué comer, los demás, no estudiaron nada.
(Se voltea hacia mi como buscando aprobación a su conclusión. Hago caso omiso)
Cajera: Son 1.234. ¿Desea colaborar con los niños pobres señora?
martes, 1 de junio de 2010
Grulla
La grulla no vuela y cae en la tina. Fausta no la rescata, la hunde.