lunes, 5 de julio de 2010

El secreto de sus ojos

El escritor inicia una novela

Rodeado por el silencio de la noche y envuelto en una luz tenue, un escritor comenzaba a escribir una novela. El papel en blanco desplegado frente a él, que pareciera retarlo a empezar, era el enemigo a vencer. Estaba armado con un cuaderno, una estilográfica y el recuerdo de un suceso violento, que le cambió la vida veinticinco años atrás.
Cuánto le costaba elegir el mejor camino para adentrarse en una historia de la que él formaba parte. Enfocaba el primer capítulo de la trama desde tres ángulos diferentes: la emotiva despedida de un hombre y una mujer en una estación de trenes; el último desayuno de una joven pareja y la violación de una mujer.
Con rabia desechaba una escena tras otra, arrugando el papel en el cual la había escrito y lanzándolo al cesto de la basura. Sin embargo, cuando interrumpe la narración del crimen, pliega la hoja con delicadeza, casi con ternura, como si al estrujarla cometiera una afrenta contra la memoria de la víctima.


Por Irene de Santos

4 comentarios:

  1. ¿Así les parece mejor? Para Nellianna y Loli

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  2. Yo definitivamente tengo un rollo con los nombres y las primeras líneas… Siempre se las borro y me gusta más. Fíjate: …. Rodeado de una luz tenue y armado con sus recuerdos y un cuaderno…
    Ojo, igual me gustó la escena.

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  3. A mi me gusta más así, pero ¿y a ti?

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  4. Seguro que sí Nelli. Gracias a sus amables y acertados comentarios creo que, por fin, estoy empezando a entender la esencia del ejercicio. No se trata de contarle a la vecina el capítulo de anoche de una novela televisada. Creo que lo que tenemos que hacer es narrar la historia como si fuera nuestra

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