lunes, 31 de enero de 2011

Fiesta suspendida

Según sus palabras, a Patricia ya “no le interesaba el final de la película”. Su familia no iba a celebrar sus 15 años: su papá apostó el dinero y lo perdió. A su casa llegó la quiebra. ¡Qué cantidad de invitaciones se mandaron, qué locura! Quedarán para el recuerdo.

Se encerró en su cuarto. Puso un disco de su DJ preferido: 72 minutos de música que no se iba a acabar. De algo le iban a servir las pastillas de colores que le dio un amigo de su hermana y que guardaba para un momento cumbre. Para escapar sin problemas, a pesar las paredes. Para flotar, a pesar de lo cargado de la realidad. Cada color, un escalón. Cada sorbo, un tramo.

Patricia se dejó ir, y con ella flotó esa vergüenza familiar que le daba náuseas.


Ejercicio narrativo. 720 caracteres.

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