lunes, 20 de septiembre de 2010

CLARA SÁENZ LINARES

Edad: quince años. Nacida en Cádiz, en una familia sumamente adinerada, en 1769.

Hija de Federico Sáenz de Suazo y María Teresa Linares Fernández

Es la mayor de dos hermanas, para desgracia de su padre, quien quería un varón que en el futuro pudiera tomar las riendas de su próspero negocio. Sin embargo, su madre considera que su sexo puede ser muy conveniente.

De piel muy blanca, abundante cabellera rojiza, muy rizada y ojos verdes. Es bajita y muy delgada. Pesa tan poco que apenas hace ruido al andar. No aparenta la edad que tiene, parece menor, luce como una niña. Su voz es muy delicada.

Come como un pajarito, excepto cuando de dulces se trata. Lo único que devora con voracidad son los pasteles que le prepara Dulce María, su aya, quien la consiente con el pretexto de “…que algo tiene que comer la niña, o se nos va a enfermar”

De carácter muy dulce, cariñosa y compasiva. Le gustan mucho las historias románticas. Sueña con el príncipe encantado que la rescatará algún día. Es muy sensible.

Su salud es bastante frágil. Se enferma con frecuencia, pero su mayor mal son los nervios. La mayoría de sus enfermedades son producto del terror que le tiene a su mamá. Por extensión, todo la asusta: una conversación de tono elevado, el ruido que produce un objeto al caerse, el sonido que emiten los animales, etc. Sin embargo, sostiene ante todo el mundo que por amor sería capaz de todo, y lo hace en un tono de voz valiente y decidido.

Adora la poesía y es una gran declamadora. Recita de memoria versos de amor en eventos familiares. También tiene una gran afición por la música, aunque no aprendió a tocar ningún instrumento. Sin embargo, baila muy bien. Tiene buen oído.

Su mayor habilidad es el bordado. Quienes han visto sus trabajos afirman que tiene manos de oro. Ha hecho trabajos extraordinarios para vestir el altar de la iglesia. En la actualidad, está bordando su ajuar, aunque no avanza nada rápido. Su madre, impaciente, le dijo que buscara ayuda, porque con ajuar o sin él, debe casarse al cumplir los dieciséis años y sólo faltan unos pocos meses.

Es reservada y algo melancólica. Se siente frustrada por la imposición de su familia de casarse con un Marqués, que para colmo es un viejo feísimo y nada simpático. No tolera la idea de que su única función en la vida sea la de dotar a su familia de un título nobiliario. Son riquísimos, pero la ambición desmedida de su madre la hará sacrificar su felicidad por ser Marquesa.
Su poeta favorito: Garcilaso de la Vega:

SONETO V
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo,
que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

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